Habéis probado alguna vez las patatas Hasselback? Son unas patatas al horno, cortadas de una forma especial que se cree que toman el nombre de un restaurante de Estocolmo. Hemos estado investigando y parece que el aliño es bastante libre, que cada uno le puede poner lo que más le guste, así que ahí va nuestra propuesta.
En esta ocasión, aprovechando que había que hacerlas en el horno, las hemos cocinado con pollo. Esta es una receta sencilla, baratita y que le gustará a todo el mundo.
Ingredientes:
- 2 cuartos traseros de pollo.
- 4 o 5 patatas pequeñas.
- mantequilla y aceite de oliva.
- 1/2 limón y 2 dientes de ajo.
- orégano, tomillo, sal y pimienta.
Empezamos poniendo en adobo los cuartos traseros del pollo salpimentados con el zumo de limón, el orégano, el tomillo, 1 ajo picadito y la ralladura de la piel de limón durante 1 hora y media.
Mientras tanto, cortamos las patatas en láminas finas pero sin llegar al final para que la patata se abra pero quede entera. Nosotros hemos pelado nuestras patatas pero, si se trata de patata nueva y la piel es fina, pueden lavarse muy bien y dejarlas con la piel.
Elegimos la bandeja de horno donde vayamos a asar las patatas y el pollo y colocamos sobre ella el pollo escurrido del líquido de adobo y las patatas.
Picamos el ajo pequeñito y lo ponemos sobre las patatas, las salpimentamos y les colocamos unos trozos de mantequilla encima.
Rociamos el pollo con un chorrito de aceite de oliva y lo introducimos en el horno, a 170 º C, durante 45 minutos más o menos, ya sabéis que cada horno es un mundo. Al final del tiempo de cocción en el horno, se le pueden poner unos minutos de grill que contribuirán a que la piel del pollo y las patatas queden bien crujientes.
Las patatas deben quedar cocidas perfectamente por dentro y crujientes por fuera. Es posible que la piel de las patatas ayude a conseguir este crujiente así que nosotros, la próxima vez, la dejaremos.
Por lo demás estaban riquísimas y el pollo también. No dejes de probarlas!