Es probable que haya más de un motivo para elegir un viaje o un destino y no otros pero lo que sí parece claro es que la forma de presentarse y ofrecerse de los destinos, que por cierto ha cambiado enormemente, tiene mucho que ver.
De un tiempo a esta parte están segmentados bajo títulos o etiquetas como “Turismo de salud”, “turismo enológico” “ecoturismo” “turismo gastronómico”…
No es que seamos tan simples y encasillables que solo nos gusta una cosa, normalmente a todos nosotros pueden parecernos interesantes y apetecibles una buena cantidad de cosas si están presentadas con esmero e inteligencia. En un momento determinado puede apetecernos playa, en otro conocer una ciudad concreta, la muralla china, la campiña francesa…
Y, nos demos cuenta o no, detrás de cada una de esos deseos hay un motivo real y concreto. En ocasiones es un motivo persistente pues depende de nuestra idiosincrasia, de lo que nos gusta, de lo que siempre nos apetece pero, en otras ocasiones, queremos ir a algún sitio porque un amigo nos ha enseñado unas fotos maravillosas de sus últimas vacaciones, o porque hemos visto imágenes espectaculares en un documental o una película.
Cuando nuestros gustos básicos coinciden con esas imágenes que te han llamado la atención, es cuando nos ponemos “en serio” a buscar información más precisa de transportes, precios, etc… es decir, cuando tomamos la decisión de visitar un lugar u otro. Para mi, ese es el momento en que se inicia un viaje y tener acceso a una extensa información preliminar, que cada vez se busca más en Internet, antes de visitar un destino es muy importante para organizar una ruta propia.
Antes hemos hablado del turismo de salud, el ecoturismo… Uno de estos tipos de turismo, concretamente “el turismo gastronómico”, está de moda. Siempre ha habido viajeros interesados en él, que pasaban por Madrid y paraban a comer cocido madrileño, pero ahora todos conocemos más restaurantes en Madrid, conocemos más productos y platos típicos de aquí, incluso sabemos de algunos chefs famosos que tienen restaurante aquí, ¿verdad?
He estado revisando los anuncios promocionales de la Comunidad de Madrid y la diferencia entre uno del 2.006 y otro del 2.015 es abismal. El proceso que han sufrido estos anuncios es probablemente equiparable al que han sufrido los viajeros.
Promo Comunidad de Madrid 2.006
Este anuncio de 2.006 es un anuncio precioso, juega con la frase esa de “De Madrid al Cielo” y la película “City of Angels o Ciudad de Ángeles” pero… ¿se han fijado en cuántos segundos le dedican a la gastronomía? son 4 segundos escasos, y eso si entendemos por gastronomía tomar un café o una cerveza.
Este otro anuncio, es más actual, de hecho es de este año.
Se comenta solo, ¿verdad? No voy a decir que todo gire alrededor de las tapas, de la gastronomía pero, sí es el hilo conductor del anuncio y hasta la música apoya ese leitmotiv. Además, estoy convencida de que no está hecho así por casualidad, los creativos tenían la directriz de abundar en ese tema, de hacer un anuncio atractivo para los foodies, los gourmets, los amantes de la gastronomía.
Todos hemos visto como crecían los programas de cocina en la televisión en estos últimos años.
Actualmente “la cocina” se está elevando a categoría de arte. Se investigan nuevas técnicas e ingredientes, se mezclan sabores y texturas, se emplata con armonía y belleza…
Comentamos con amigos, o en blogs gastronómicos, nuestras experiencias culinarias, nuestra última incursión en la cocina, ese restaurante que hemos descubierto recientemente… En una palabra, la cocina tiene relevancia en nuestras vidas, se tiene en cuenta, importa.
Hace unos años, un hombre te cortejaba invitándote a cenar en un buen restaurante hoy resulta mucho más sexy si es capaz de cocinarte un “arroz meloso de boletus” o un “tataki de atún”. Sí, los caballeros que estén leyendo esto pueden tomárselo como un buen consejo ;-).
Todo esto, que forma parte de nuestro modo de vida actual, de nuestra forma de ver y hacer las cosas, se refleja en nuestros documentales, nuestra televisión y nuestro cine. Y a su vez, esos documentales, programas de televisión y películas influyen en nuestra sociedad.
El protagonista de las películas ya no es siempre un jugador de fútbol o un adinerado empresario, ahora puede serlo también un cocinero gordito.
Si preguntas a los niños que quieren ser de mayores, habrá muchos que ya no contesten bombero o policía, puede que más de uno conteste: Chef.
¿Que porqué? Pues está claro que el poder que tiene la industria audiovisual sobre nosotros es grande, probablemente mucho más grande de lo que nos gustaría, pero la cosa es así y está ahí. Existen verdaderas sinergias entre la comida (que es realmente fotogénica), un buen restaurante, una ciudad, una comarca,…un país! Las posibilidades de este maridaje son infinitas, y para cada restaurante, cada hotel o cada comunidad hay una forma de hacerlo propia y perfecta que hay que detectar y desarrollar.
Este interés por la gastronomía y la alimentación que estamos viviendo, no es solo una moda, es un reflejo de lo que socialmente nos parece relevante y los que, de alguna forma, estamos en este mundillo, debemos alimentar, inteligentemente y con medida, esa relación simbiótica, que no solo existe, sino que goza de muc
ha aceptación, entre la gastronomía, la imagen y el turismo.
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