Tras demoler un antiguo mercado que se había quedado prácticamente vacío, cuyas instalaciones eran anticuadas e insuficientes para responder adecuadamente a las demandas de los vecinos, el Ayuntamiento quiso construir un moderno establecimiento en el centro de Chueca. El nuevo Mercado de San Antón reabrió sus puertas hace unos tres años. El objetivo era convertirse en un nuevo referente de la Red de Mercados Municipales de Madrid, que persigue aunar tradición y modernidad, ofreciendo proximidad, calidad y atención personalizada. Pues bien, en muy poco tiempo este Mercado es ya uno de los lugares más en boga y representa también a un nuevo modelo de mercado sostenible, en el que el lucernario central funciona como un enorme colector de energía fotovoltaica y el suelo es de basalto fundido, un material originalmente reutilizado. Dispone también de un sistema de recogida especial que reduce en un 80% el volumen de basura orgánica. Y obviamente todo el mercado ofrece conexión wi-fi.
Este mercado, algo más pequeño que su hermano más famoso (el de San Miguel), resulta algo tosco por fuera, pero su interior acoge una veintena de modernos puestos, con verdaderas delicatessen. Y en la mayoría de ellos se pueden comprar alimentos que luego te pueden cocinar en varios locales. Así que tu eliges el producto en la zona de mercado y allí mismo te lo cocinan a tu gusto, acompañado de diferentes guarniciones y salsas.
Y como no siempre te apetece sentarte y comer en un restaurante tradicional, el Mercado también alberga un par de establecimientos dedicados a gastronomía informal, como La Tratienda Tapas, un concepto de restauración urbana, con un espacio aprovechadísimo y muy completo: en su cocina te pueden preparar lo que compraste en el mercado, puedes comer rápidamente compartiendo algunas de sus excelentes tapas (como el ceviche peruano, la miniburguer, ese tarro de huevos, patatas y trufa o su “ensalatilla” rusa), con los mejores vinos de autor (su bodega es muy completa y la gestionan verdaderos especialistas), tomarte un tiempo en descubrir algunas de sus sabrosísimas especialidades (como el escalope de foie o el chuletón de buey) o aprovechar la noche con su carta de gin tonics y otras bebidas premium, en la que no falta de nada.
El mismo local también ha sido escenario de varias catas y maridajes, en las que se han degustado algunos vinos de su extensa bodega sobre una larga mesa, en la que se reúnen cómodamente una veintena larga de personas.
Enhorabuena a Paco y Luis, magníficos anfitriones, que han creado un escenario perfecto para comer o cenar informalmente con los amigos y tomar una buena copa, siempre con un alto nivel de calidad. Y sí, también entre sus clientes podrás encontrarte con varios de los chefs que están de moda en Madrid. Que también tienen derecho a disfrutar! 
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