Solán de Cabras, que se encuentra en la Serranía de Cuenca, es más que conocido por su agua y su Balneario. Pero no todos conocen a Imperio Triguero, la responsable de sus fogones. En esta entrevista nos permitió ahondar en su cocina y, también un poquito en su entrañable persona. Imperio siempre habla maravillas de sus compañeros de cocina, sobre todo de su amigo, y profesor de la ESHTM, Luis Zia, al que esperamos entrevistar en una próxima ocasión.
dclc – Buenas tardes Imperio, nosotros te conocemos desde que venimos al Balneario y estamos acostumbrados a verte aquí a los mandos de la cocina pero, ¿cuánto tiempo llevas aquí?
IT – Buenas tardes, ya son 14 años en esta cocina y 13 de ellos “a los mandos”, como vosotros decís.
dclc – ¿Qué tipo de comida haces?
IT – Nuestra cocina es sobre todo “cocina casera”.
dclc – Como consigues “congeniar” la contundente cocina conquense, con el Balneario, que implícitamente lleva el concepto de “salud”?
IT – Partimos del agua. El agua de Solán de Cabras tiene calidad porque tiene unos componentes que mejoran nuestra salud. La comida del Balneario es sana porque la calidad de sus productos es de primera y el trato que se les da en la cocina, también. La comida del Balneario es sana, que no es lo mismo que ligera (sonrisas). Intentamos hacer menús compensados en los que no sobren las calorías, pero nuestra prioridad no es que los clientes se vayan con un par de kilos menos, sino que disfruten de una comida rica, hecha con tiempo y cariño, casera y de calidad.
dclc – ¿Cuál es el ingrediente que no puede faltar en tu cocina?
IT – El aceite de oliva, unos vegetales o una ensalada no son lo mismo sin él.
dclc – Después de pasarte el día cocinando, ¿tienes a alguien que te cocine en casa?
IT – Pues no (risas), en mi casa también cocino yo y lo hago porque me gusta, no me importa salir de una cocina y meterme en otra.
dclc – Cuando sales a comer fuera, ¿qué es lo que buscas?
IT – Aunque de vez en cuando me gusta probar cosas nuevas, normalmente busco comida tradicional y casera. Y como soy un poco maniática de la limpieza, también pulcritud. Será deformación profesional, pero no puedo evitar echar un vistazo a la cocina si me lo ponen fácil y fijarme en la limpieza de los restaurantes en los que como.
dclc – ¿Cuál es tu plato favorito?
IT – Es difícil elegir uno, me gusta mucho comer y me gusta prácticamente todo, pero si tuviera que elegirlo, sería el cocido.
dclc – Y, aparte de la paella estilo Imperio, que ya hemos disfrutado varias veces… ¿cuál es ese plato que te sale mejor, el que te pide tu familia y amigos que les hagas?
IT – Pues parece ser que todo el mundo coincide en que mi potaje de garbanzos con bacalao (sonríe picarona) está por encima de la media.
dclc – ¿Qué opinas de los programas de cocina que ahora están tan de moda en la televisión?, ¿te gustan?
IT – Sí, claro que me gustan. Todo lo que tenga que ver con la cocina me interesa y me gusta. Además poco o mucho, cuando acaban, siempre has aprendido algo. Aunque no me gusta demasiado el de Chicote, ese en el que te enseñan todas las miserias de las cocinas. Por una parte, no puedo creer que haya cocinas tan sucias y descuidadas como las que enseñan, ¡eso tiene que estar exagerado! Y por otra parte siento auténtica vergüenza ajena cuando lo veo, pues no entiendo qué puede pasar por la cabeza de dueños y cocineros de esos negocios para que accedan a enseñar sus problemas y carencias tan abiertamente y a toda España.
dclc – ¿Y del “boom” de la gastronomía en general? ¿qué te parece que, en los últimos años, lo que más importe cuando contratas un hotel o un viaje sea la comida?.
IT – La cocina es mi vida así que creo que es importante, muy importante, pero también pienso que buena parte de la juventud está malinterpretando y magnificando esa importancia. Todos los jóvenes piensan que pueden ser cocineros, se lo toman casi como un juego y la cocina es mucho más de lo que se ve en esos programas; es dedicación y sobre todo responsabilidad. Después de 13 años como responsable de la cocina del Balneario, sigo extremando el cuidado con la manipulación y con los productos en sí que voy a dar de comer a mis clientes, pues ni un solo día se me olvida que, si fallo en algo, podría ser responsable de una intoxicación.
dclc – Una tapa.
dclc – ¿Algún cliente “raro” o caprichoso que recuerdes especialmente?
IT – A los clientes hay que tratarlos con cariño y con respeto. Hace unos años me diagnosticaron celiaquía y ahora entiendo muchas cosas. Hay personas realmente preocupadas por alguna alergia o una intolerancia alimentaria, hay que entenderlos y tratar de proporcionarles todo lo que requieran. Afortunadamente nuestro Balneario cuenta con una clientela muy fiel, que viene año tras año desde hace mucho tiempo, y a esos ya les conocemos, les apreciamos y sabemos lo que les gusta y necesitan.
dclc – ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
IT – Además del hecho de cocinar en sí mismo, que ya os he comentado que me encanta, es muy agradable cuando un cliente termina su estancia y te busca antes de marcharse para decirte que ha disfrutado mucho de la comida, que te lo agradece y que la echará de menos. Y eso ocurre bastante a menudo porque, de alguna forma, a lo largo de los años se crean vínculos de respeto y cariño con los clientes que hace que sea más sencillo intentar agradarles.
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